Un tema, dues veus

La voz de la Piedra y la Palabra

En el silencio solemne de la logia, el volumen de la ley sagrada reposa sobre el altar, eterno e inmutable. Cada página, cada palabra es símbolo; la sabiduría, la búsqueda de la verdad y el respeto a los antiguos principios que guían a quienes caminan en la senda de la luz. Cada hermano lo interpreta según su experiencia, y en ese silencio compartido, el VLS se convierte en un eco del viaje interior que todos los francmasones estamos destinados a emprender.

Su tenue luz ilumina y guía nuestra obra; constructores de un templo que nadie ve, pero que todos sentimos.

J.C.

Fondària

Com a glòria bombejat

per un batec de llei divina.

Poeta

Cimientos invisibles:

En el centro de la logia, bajo la bóveda estrellada del templo, las manos se estrechan en un vínculo invisible pero eterno. No importan las diferencias de origen, credo o idioma; allí todos somos iguales bajo la mirada del Gran Arquitecto del Universo. En los momentos de oscuridad, un hermano encuentra en los demás una antorcha que ilumina el camino, y juntos, como constructores, recordamos que la verdadera obra no es el templo físico, sino el lazo fraternal que nos une.

J.C.

Companyonia

Com del gessamí la fragància

a la complicitat de les seves flors.

Poeta

El círculo de la libertad

Un aprendiz trazó una línea recta con la escuadra y un círculo perfecto con el compás. Su maestro, tras observar en silencio, le dijo:

-Hermano , la libertad es como ese círculo: no tiene principio ni fin, pero siempre está contenida por la escuadra, que representa la moral.

El aprendiz levantó la mirada y el maestro añadió:

-La verdadera libertad no es la ausencia de límites, sino la capacidad de romper las cadenas de la ignorancia con el cincel del conocimiento y moldear tu carácter con el martillo de la virtud. Solo así construirás un templo digno dentro de ti.

J.C.

Món-poesia

Com de lliure lector aventura

en la fondària d’un camí en vers.

Poeta

El compromiso del iniciado.

En la penumbra del templo, con la mano derecha posada sobre el Volumen de la Ley Sagrada, el iniciado pronunció su juramento. Cada palabra era un compromiso inquebrantable, un pacto sagrado con la fraternidad y consigo mismo. Un compromiso que trascendía las palabras, se convertía en un modo de vida, en una búsqueda de la verdad y la virtud. Era la promesa de ser mejor cada día y de servir a los demás. El compromiso era el hilo invisible que unía todos los masones, un lazo indestructible que los conectaba con el pasado, presente y futuro.

J.C.

Compromís

Com d’una pedra el cor en pau

en fortalesa a l’harmonia del temple.

Poeta

El último paso

El hermano cerró los ojos por última vez y, con un suspiro sereno, su aliento se extinguió. Su espíritu, libre de las ataduras del mundo material, cruzó el umbral hacia el Oriente Eterno, donde la luz del Gran Arquitecto brilla sin sombras y la verdad se revela sin velo.

Sus manos, que tantas veces sostuvieron la escuadra y el compás, ahora reposaban en paz. Pero su obra no quedaba inconclusa. Su legado perduraba en el corazón de sus hermanos, en cada enseñanza transmitida y cada piedra trabajada en el taller.

Porque un masón nunca desaparece mientras su luz continúe guiando a quienes trabajan en la edificación de su templo.

J.C.

Al·legories

Com d’un poema l’eternitat:

ocultisme a l’orient del temps.

Poeta

El eco de su paso

El hermano soñó que caminaba por los sagrados muros del Templo de Salomón. Bajo sus manos, la piedra exhalaba el aliento frío del tiempo. Ante él, la escalera de caracol se alzaba en espiral, envolviendo en sombras el misterio de su destino.

Colocó el pie en el primer peldaño, y el eco de su paso vibró en la inmensidad del tiempo. Tres escalones le recordaron que la Sabiduría, la Fuerza y la Belleza sostienen toda gran obra. Cinco más le susurraron que los sentidos son las puertas del conocimiento. Los Siete finales le revelaron las artes liberales, llaves ocultas que descifran el lenguaje del universo.

Cada peldaño exigía fe y perseverancia. Cada giro, un desprendimiento de lo superfluo. Cuando emergió en la Cámara del Medio, la luz lo envolvió…y despertó. Entendió que el ascenso no le llevaba fuera de sí mismo, sino a su propio interior.

J.C.

A l’escola de caragol

Com d’una espiral l’impuls:

místic centre d’esglaons al cel.

Poeta

La lliçó de l’acer

El Mestre va col·locar el cisell a les mans de l’Aprenent.

Aquest el va sostenir amb dubte, però en enfrontar-se a la seva pedra bruts va comprendre: no era un obstacle, sinó una promesa.

No n’hi havia prou amb la força, calia direcció. No n’hi havia prou amb el desig, calia coneixement.

Cada cop encertat era una lliçó; cada errada, una correcció.

El cisell no ensenyava amb paraules, sinó amb silenci, constància i repetició.

Modelava la pedra, sí... però encara més aquell qui la treballava.

J.C.

Observança

Com d’un vici l’escairar

a l’empedrat de les virtuts.

Poeta

El nostre temple

Què és el nostre temple?

No som iguals. Alguns són joves, d’altres grans. Uns parlen amb saviesa, d’altres encara busquen la seva veu.

Però dins del temple, ens reconeixem com a germans, com a iguals.

No se’ns demana perfecció, només sinceritat.

No se’ns exigeix grandesa, només voluntat de créixer.

Perquè entre aquestes quatre parets no cal fingir.

Aquí podem ser nosaltres mateixos: incomplets, imperfectes… i profundament acceptats.

Això, i no una altra cosa, és el nostre temple.

J.C.

Temple-món

Per entre el reflex un hermètic

a l’aventura d’un autoretrat.

POETA

El viatge

El viatge del maçó és un eco ancestral. Tu repetiràs els passos dels qui van venir abans, i els teus propis passos ressonaran per aquells qui vindran després. No t’aturis. En cada gir de l’esquadra, descobriràs una virtut, en cada traç de la regla, una lliçó. El teu sender no és sinó una baula més en la nostra gran cadena d’unió.

J.C.

Viaje a un día de trabajo

Como el frío de una alborada,

en temblor que despereza al espíritu,

Sol rumbo a la pasión de su medio día,

en la esperanza de un glorioso anochecer.

Poeta

Foc Interior

No buscava el maçó la Llum en les espelmes del Temple, sinó el foc sagrat en el firmament del seu pit. Havia après que el Cor era més que la consciència: era el centre on l’espurna immortal es resistia a l’ombra.

En el silenci del seu treball, va recordar a Prometeu. L’ascensió no era cap a una muntanya, sinó cap a l’altura del seu propi ésser. El foc robat no era per a il·luminar les tenebres del món, sinó per fondre el plom de la seva naturalesa inferior.

Amb el cor net, va sentir que cada cop de Mallet sobre la pedra bruta esdevenia perfecte quan el foc interior animava la mà que la construïa.

J.C.

Secrets

Com al fons del món un tresor

o portalada a un infinit de lleialtat.

POETA